El proyecto se define a partir de cinco intenciones proyectuales:
Buscamos una acción proyectual que opere en dos niveles: una pieza arquitectónica y dimensión urbana. El proyecto hecho volumen se ordena, se geometriza , se materializa y se completa; luego se eleva y se crea un jardín abierto, semi-contenido. Se traza una prolongación y extensión del parque adyacente; el edificio opera como un dispositivo arquitectónico que dialoga y aporta al contexto urbano. A partir de esta estrategia proyectual, se evita “dominar” la altimetría del predio, aprovechándola para construir una continuidad espacial y natural. El volumen vaciado y su “muro flotad”, definen un atrio publico-privado, un espacio intencionalmente dual. Un “jardín-arquitectura colgante” se adelanta y filtra al núcleo programático, que se encuentra compacto y adosado a la colindancia.
El programa se resuelve en tres niveles con la mayor compacidad y eficiencia. Sobre la medianera, una gran circulación en forma de rampa domina un espacio iluminado cenitalmente; esta, conecta pero también puede oficiar como un calificado espacio de exhibición. Los tres niveles se abren al jardín colgante. En el nivel inferior, la sala de usos múltiples se abre y por lo tanto se extiende directamente al jardín, permitiendo una vinculación visual y física e integrando el jardín a posibles eventos (presentaciones, recepciones, etc.), y transformándolo todo el espacio en un atrio-jardín urbano, o “claustro abierto-contenido”. El “muro flotado”, definido gesto proyectual que domina la geometría del proyecto; su “peso tectónica” juega dialécticamente con su condición flotante para de este modo intensificar la experiencia ambigua de interior-exterior, abierto-contenido.
684 m²
Edificio privado
Colegio de Arquitectos de Córdoba
Concurso nacional abierto
Construido